V.J. Los Arcos Ayape
Ricardo
Fernández Barrueco está, finalmente, en su casa, tras 40 meses de
detención en las "instalaciones" del Servicio Bolivariano de Inteligencia
Nacional (SEBIN). Llegó enfermo, como se conoció en Sigla desde el Miércoles
pasado con informaciones provenientes del exterior, que es desde donde, cada
vez más a menudo, se conocen antes y mejor algunas cosas que ocurren aquí. Lo
acontecido con Fernández Barrueco es, ni más ni menos, un
nuevo ejemplo de la desvergüenza con la cual se maneja el sistema judicial de
Venezuela. No es en vano que el 20 de Noviembre de 2009, se titulara una nota
informativa que Las similitudes llegan a sugerir que Ricardo
Fernández Barrueco se convierta en un nuevo Eligio Cedeño o diez
días más tarde se puntualizase en la nota-comentario Huida adelante y
atropellante (V.J. Los Arcos Ayape) que quien autorizó su detención y
"procesamiento", el jefe de gobierno y comandante en jefe, Hugo
Rafael Chávez Frías, comandase también el "gobierno más corrompido y
corruptor de la historia republicana de Venezuela"; y de la colonial
también, podría añadirse.
Mientras no se demuestre lo contrario, Fernández
Barrueco fue "otro preso más de Chávez", como lo fue
Cedeño o los directores de Econoinvest, bajo la instigación del fracasado
ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani.
Para entender mejor la
postración del sistema judicial venezolano, es bueno en el caso de Fernández
Barrueco, separar el motivo por el cual se le encausó judicialmente
y todo aquello que no forma parte del caso.
De lo que no forma parte del caso
judicial, pueden citarse numerosas negociaciones, muy reales unas y,
eventualmente, cuestionables otras, mientras un tercer grupo está constituido
por negociaciones y contratos imaginarios. Una nota del 3 de Diciembre de 2009
titulada Chávez ordenó a Fogade ocupar a la velocidad del rayo las empresas
controladas por Fernández Barrueco sugiere una prisa
inusitada en echar guante a bienes controlados por el encausado que no forman
parte de la causa. Es decir, rapiña sobre alguien que, por alguna causa
desconocida, cayó en desgracia; no es el primer "boliburgués" en
salir "premiado" de esta forma.
De lo que sí forma parte del caso
judicial, ya es bastante bien conocido el Informe suscrito por Héctor
Villalobos Espina, Consultor Jurídico del Fondo de Protección Social de los
Depósitos Bancarios (Fogade). Es un informe que no destaca solamente por lo
revelador de inocencia, sino por su carácter definitorio en el otorgamiento de
una libertad provisional con régimen de presentación mensual y por el empeño de
los poderes fácticos en ocultar su existencia. Es obvio que en el levantamiento
del informe, aunque no en su contenido, tuvo un impulso desde otros poderes
fácticos.
Si algo queda claro en el informe es que Fernández
Barrueco pasó 40 meses preso en las insalubres
"instalaciones" del SEBIN, sin ser responsable de las acusaciones y
sabiendo todo el mundo -Chávez Frías, Giordani, fiscala general Luisa Ortega
Díaz, capitán Edgar Hernández Behrens,…-- que no lo era; de hecho, este mismo
informe pudo haber sido levantado en dos meses. También queda claro que no
queda otra que una absolución definitiva.
El "caso Fernández
Barrueco" es una nueva confirmación de la urgencia con la cual
se precisan los cambios en la maltrecha institucionalidad venezolana.
(VJLA-Sigla)